En los tiempos actuales, las relaciones de pareja se enfrentan a desafíos que antes no existían. La tecnología y las redes sociales han modificado las formas de comunicación y, con ello, también la manera en que se pueden detectar situaciones de infidelidad. Muchas personas que sospechan que su pareja les ha sido infiel recurren a mensajes, fotografías y publicaciones en línea para confirmar sus dudas. Sin embargo, el camino para presentar una denuncia o utilizar estas evidencias en un proceso legal está lleno de trampas y consideraciones legales que es fundamental conocer antes de actuar.
Marco legal del adulterio y la infidelidad en España
El concepto de adulterio tiene una larga historia en el derecho español, aunque su relevancia legal ha cambiado drásticamente con el tiempo. En la actualidad, el adulterio no constituye un delito penal en España. Sin embargo, la infidelidad sigue siendo una de las causas más frecuentes de divorcio, siendo reconocida como un motivo válido para solicitar la separación o el divorcio ante los tribunales. De hecho, las estadísticas muestran que un porcentaje significativo de los procesos de ruptura matrimonial tienen su origen en relaciones extramaritales, con cifras que indican que aproximadamente el sesenta por ciento de los hombres en España admiten haber tenido este tipo de relaciones.
Diferencias entre adulterio como causa de divorcio y como delito
Es importante entender que, aunque el adulterio ya no es un delito, sigue teniendo consecuencias civiles. En el ámbito del derecho de familia, la infidelidad puede ser invocada como una de las razones para pedir el divorcio, aunque en la práctica actual, el divorcio en España se puede solicitar sin necesidad de alegar causa alguna. No obstante, cuando existe un conflicto respecto a la custodia de los hijos, el reparto de bienes o las medidas económicas, demostrar la infidelidad puede tener cierta relevancia para el juez a la hora de valorar la conducta de las partes. Por tanto, aunque no se trate de un delito, las pruebas de infidelidad pueden jugar un papel en el contexto de un proceso de divorcio contencioso.
Contextos legales donde la infidelidad tiene relevancia jurídica
Además de los procesos de divorcio, la infidelidad puede tener relevancia en otros contextos legales. Por ejemplo, en algunos casos de demandas por daños morales, se ha intentado reclamar una indemnización por el sufrimiento causado por la infidelidad de la pareja. Sin embargo, estas reclamaciones suelen tener resultados variados y dependen en gran medida de las circunstancias particulares de cada caso. También es posible que, en el marco de un proceso de separación de bienes o en disputas sobre el régimen económico del matrimonio, se intente demostrar que uno de los cónyuges ha dilapidado el patrimonio común en aventuras extramatrimoniales. En cualquiera de estos escenarios, contar con pruebas sólidas y obtenidas de manera legal es fundamental para que el tribunal las tome en consideración.
Tipos de evidencias digitales válidas para demostrar la infidelidad
En la era digital, las evidencias de infidelidad han cambiado de forma radical. Ya no se trata únicamente de fotografías comprometedoras o testigos presenciales, sino que ahora las pruebas pueden encontrarse en teléfonos móviles, correos electrónicos y perfiles de redes sociales. Sin embargo, no todas las evidencias digitales tienen el mismo valor legal, y es fundamental conocer qué tipo de pruebas pueden ser admitidas en un tribunal y cuáles podrían ser rechazadas por haber sido obtenidas de manera ilícita.
Mensajes privados, fotografías y publicaciones en redes sociales
Las redes sociales se han convertido en un escenario donde muchas personas dejan rastros de su vida privada. Publicaciones en Facebook, historias en Instagram, interacciones en Twitter o incluso videos en TikTok pueden revelar información sobre relaciones sentimentales que no son de conocimiento público. Sin embargo, es crucial entender que el hecho de que una publicación sea visible en una red social no significa automáticamente que pueda ser utilizada como prueba en un tribunal. Si la publicación es pública, es decir, accesible para cualquier usuario de la red social, entonces puede ser capturada y presentada como evidencia sin mayores problemas legales. No obstante, si se trata de mensajes privados o contenido que solo es visible para un grupo reducido de personas, obtener esta información sin el consentimiento del titular puede constituir una vulneración de la intimidad y de la protección de datos personales.
Capturas de pantalla, correos electrónicos y conversaciones de aplicaciones de mensajería
Las capturas de pantalla de conversaciones en aplicaciones de mensajería como WhatsApp o Telegram, así como los correos electrónicos, son otro tipo de evidencia digital que suele ser utilizado en estos casos. Sin embargo, aquí es donde se presentan los mayores riesgos legales. El Código Penal español protege la inviolabilidad de las comunicaciones y castiga el apoderamiento de documentos o mensajes para descubrir secretos o vulnerar la intimidad. Esto significa que acceder sin autorización al teléfono móvil de la pareja, leer sus correos electrónicos o interceptar sus mensajes puede constituir un delito de revelación de secretos. De hecho, el Tribunal Supremo ha señalado que el espionaje informático que implica el apoderamiento, utilización o modificación de datos personales o familiares es un delito. Un caso emblemático es la sentencia de la Audiencia Provincial de Zaragoza, que condenó a una esposa a dos años y medio de prisión por leer y reenviar a su abogada correos electrónicos de su esposo, obtenidos sin su consentimiento. Este tipo de precedentes deja claro que, aunque la tentación de espiar sea grande, hacerlo puede tener consecuencias penales graves.
Cómo recopilar pruebas digitales de forma legal y admisible

Dado el marco legal estricto que protege la intimidad y las comunicaciones, es esencial conocer los métodos legítimos para recopilar evidencias digitales de infidelidad. Si bien es comprensible el deseo de obtener pruebas contundentes, hacerlo de manera ilegal no solo invalidará las pruebas ante un tribunal, sino que además puede convertir al recopilador de las mismas en un infractor de la ley.
Métodos legítimos para obtener evidencias sin vulnerar derechos
La forma más segura y legal de obtener pruebas de infidelidad es a través de la contratación de un detective privado. Estos profesionales están autorizados por ley para realizar investigaciones y recopilar pruebas, siempre que lo hagan dentro de los límites legales establecidos. Los detectives privados pueden seguir a una persona, fotografiarla en lugares públicos y recabar información sin vulnerar su intimidad, ya que actúan conforme a la normativa vigente y sus informes tienen validez legal. Otra opción es recopilar únicamente aquellas pruebas que sean de acceso público. Por ejemplo, si una persona publica fotos comprometedoras en su perfil público de una red social, cualquier usuario puede capturarlas y utilizarlas como evidencia. Lo importante es no invadir la esfera privada del otro. Además, en algunos casos, si se dispone de acceso legítimo a dispositivos compartidos, como un ordenador familiar, se puede documentar aquello que esté a la vista sin necesidad de vulnerar contraseñas o acceder a cuentas privadas ajenas.
Errores comunes que invalidan las pruebas ante un tribunal
Uno de los errores más frecuentes es creer que, por ser cónyuge, se tiene derecho a acceder libremente a las comunicaciones privadas de la pareja. Esto es completamente falso. El derecho a la intimidad y la protección de las comunicaciones son derechos fundamentales que no desaparecen por el hecho de estar casado o vivir en pareja. Por tanto, acceder sin permiso al teléfono móvil, al correo electrónico o a las aplicaciones de mensajería de la pareja constituye una vulneración de estos derechos. Otro error común es utilizar programas espía o aplicaciones de rastreo instaladas en el teléfono del otro sin su conocimiento. Este tipo de prácticas no solo son ilegales, sino que pueden acarrear responsabilidad penal por delitos de espionaje informático y revelación de secretos. Además, cualquier prueba obtenida mediante estos métodos será declarada nula por el tribunal y no podrá ser utilizada en el proceso. También es un error pensar que compartir las pruebas obtenidas ilegalmente con terceros, como abogados o familiares, reduce la gravedad de la infracción. Al contrario, reenviar o difundir información obtenida de manera ilícita puede agravar la situación legal del recopilador de las pruebas.
Proceso paso a paso para presentar la denuncia o demanda
Una vez que se dispone de pruebas obtenidas de manera legal, el siguiente paso es presentar una denuncia o una demanda. Es importante entender que, dado que la infidelidad no es un delito, no se trata de presentar una denuncia penal por adulterio, sino de iniciar un procedimiento civil, generalmente en el marco de un proceso de divorcio o separación.
Documentación necesaria y procedimientos ante un abogado o juzgado
Lo primero que debe hacerse es acudir a un abogado especializado en derecho de familia. Este profesional asesorará sobre la viabilidad de utilizar las pruebas recopiladas y sobre cómo presentarlas de la manera más efectiva. Es fundamental llevar toda la documentación personal, como el DNI o pasaporte, así como las pruebas digitales que se hayan obtenido de forma legal. Estas pruebas deben estar bien organizadas: capturas de pantalla con fecha y hora, informes de detectives privados, publicaciones públicas en redes sociales, etc. El abogado redactará la demanda de divorcio o separación, en la que se pueden alegar las causas que se consideren oportunas, incluyendo la infidelidad si se estima conveniente. Esta demanda se presenta ante el juzgado correspondiente, que será el de primera instancia del lugar de residencia. En algunos casos, si se busca obtener medidas cautelares, como la custodia provisional de los hijos o medidas económicas urgentes, se deberá solicitar expresamente en la demanda.
Plazos, costes y qué esperar del proceso legal
Los plazos de un proceso de divorcio pueden variar considerablemente dependiendo de si se trata de un divorcio de mutuo acuerdo o contencioso. En el primer caso, si ambas partes están de acuerdo, el proceso puede resolverse en unos pocos meses. Sin embargo, si el divorcio es contencioso y se pretende demostrar la infidelidad como causa relevante, el proceso puede alargarse durante más de un año, especialmente si hay disputas sobre la custodia de los hijos o el reparto de bienes. En cuanto a los costes, estos incluyen los honorarios del abogado, que pueden variar según el profesional y la complejidad del caso, así como las tasas judiciales, aunque estas últimas han sido suprimidas en algunos procedimientos de familia. Si se ha contratado a un detective privado, sus honorarios también deben ser considerados. Es importante tener en cuenta que, si se es víctima de violencia de género y se cumplen ciertos requisitos, se puede solicitar asistencia jurídica gratuita, derecho que se extiende también a mujeres extranjeras aunque se encuentren en situación irregular en España. En estos casos, no solo se puede acceder a un abogado especializado sin coste, sino que también se pueden solicitar medidas de protección como órdenes de alejamiento. Durante el proceso, es fundamental colaborar con el abogado y seguir sus indicaciones. El juez valorará todas las pruebas presentadas y tomará una decisión basada en la normativa vigente y en los hechos acreditados. Es posible que se celebren varias vistas, en las que ambas partes podrán exponer sus argumentos y presentar testigos o documentos adicionales. Al final del proceso, se dictará una sentencia que resolverá todos los aspectos relacionados con el divorcio, desde la disolución del matrimonio hasta la custodia de los hijos y el reparto de bienes.
